...Y no lo hacemos todo bien. Cometemos mil errores en el transcurso de nuestras vidas, y de ellos debemos aprender. Además, cada paso que damos tiene repercusión en el resto de la sociedad. Así que más nos vale reconocer cuándo hemos errado y bajar las orejas que tirar de la vanidad y alzarnos en un pedestal que no lleva nuestro nombre. De igual forma, nos debemos enorgullecer por cada acto bien realizado, porque, en un mundo de hormigas, las pocas acciones beneficiosas que llevemos a cabo, por ínfimas que parezcan, son indispensables para el resto de vidas que nos rodean . Cualquier grano de arena que encontremos beneficiará al resto de la colonia.
Somos imperfectos, pero ciertas cosas las hacemos bien. Lo que conlleva asociado a nuestro día a día un listado con derechos y deberes. Sería mejor reflexionar sobre esto y tener cuidado de no olvidar que cumplir unos u otros requiere la misma atención y dedicación. Muchísimas personas acaban recordando sólo sus derechos, no conciben mi derecho a verles bajar las orejas cuando les corresponde hacerlo. El juez karma impartirá justicia.
Cada paso que doy me acerca a mi meta, cada esfuerzo que hago es importante y no sólo yo me beneficio, cada pequeña acción significa mucho para mí y en ella pongo alma y corazón, por ello su valor es incalculable. Mi esfuerzo no vale menos que el del resto, lo que hago día a día es para el beneficio común. Esta semana estoy en huelga, a ver si esto acaba por comprenderse tal cuál lo estoy exponiendo.
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